28 de noviembre de 2021 Por Destino Tierra de Campos 0

Ermita de Santa Ana. Pozuelo de la Orden

A medio kilómetro del pueblo se alza esta joya que guarda en su interior verdaderos tesoros.

La ermita es de gran tamaño, por ello en ocasiones en las documentaciones es nombrada como “santuario”. Fue fabricada en tapial salvo el hastial que es de cantería y tiene la particularidad de conservar también en tapial las galerías que bordean la ermita, originando un ancho pasillo en torno, con cubierta de par e hilera, y donde se rezaba el viacrucis. La galería o pasillo de la derecha da acceso al cementerio. El tapial de la iglesia fue encinchado y enladrillado en el siglo XVII.

El acceso a la ermita esta precedido por una cruz de piedra, que origina el pasillo en torno, pero que aquí en vez de ser un muro de tapial alto es solo un poyete alto en cantería que sirve de base a seis columnas de piedra de orden toscano que soportan el tejado. La puerta de entrada, en arco rebajado, es de cantería y tiene dos tondos esculpidos.

Nada más entrar hay que mirar hacia arriba para ver el techo con su espléndido artesonado de madera, de Ignacio Cortés. Decorado con tarjes ovalados, en él se representan escenas del Antiguo Testamento con una delicada policromía. Su valor es incalculable y por eso el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural y sus tesoros van más allá del artesonado. El coro de madera tiene una primorosa decoración floral situada sobre casetones hexagonales. Y nadie puede pasar por alto el retablo del siglo XVII. Ya fuera, el edificio, que se construyó en piedra tapial, muestra una sola nave cubierta con armadura mudéjar. La Ermita de Santa Ana es una verdadera maravilla.

Imágenes del interior, realizadas por Nicolás Pérez.