Ermita de San Felices de Becerril
San Felices, fue un pequeño poblado, Hoy se conserva su bonita ermita, situada a seis kilómetros del casco urbano, en dirección a Monzón de Campos. El voto de villa contempla dos citas de los vecinos con el Cristo de San Felices: el último domingo de septiembre -la romería de los pastores- y el último sábado de mayo, en la romería del pan y el queso.
Según cuenta la leyenda, fue fruto de las pisadas de una madre, que en la época de la reconquista seguía diariamente este camino, desde el poblado de San Miguel de San Felices, hasta la ermita de Nuestra señora de Carejas para pedir a la virgen, la libertad de su hijo cautivo por los moros. Todos los días al atardecer se dirigía desde aquí hasta Carejas. Su inquebrantable fe en el auxilio de la virgen no se quiebra nunca, por lo que da forma a la senda y a la leyenda. Es entonces cuando un día la virgen consigue su liberación y el joven se presenta en el pueblo. Después de abrazar a su madre, van por el desgastado camino hasta la ermita de Carejas y allí depositan un recuerdo con gran devoción: el arca donde estuvo encerrado y los grilletes con los que fue encadenado durante su cautiverio, estos recuerdos aun se conservan en la ermita junto a otros exvotos, que ha ido depositando los devotos de la virgen.
